A NUESTROS COSTALEROS
¡¡¡ Capataz !!!
Con tu voz ¡ Aupa a los costaleros !
Diles que sobre sus hombros va JESÚS, EL NAZARENO.
Que no les pese su cruz, ni JESÚS, EL NAZARENO.
Es su miseria y la mía
la que pesa en el madero.
Paséalo como a un niño.
Como si fuera dormido.
Que no se dé cuenta su Madre
que lo llevan malherido.
Costalero, tiras por calles oscuras.
Yo iré por calles del alba.
Él con su cruz al hombro,
yo cobardía en el alma.
Costalero, costalero...
Trátalo tú con cuidado
no se le rompa la mano,
no se desgarre el costado.
Llévalo como tú sabes, despacio,...
que no lo note.
En su suave balanceo.
Para que la sangre no brote.
Clava mi mano amigo,
no se hicieran para herir.
Si alguna vez se levantan,
será para bendecir.
Pasa, pasa, NAZARENO.
Alza tu mano hacia el cielo,
y bendice generoso
al que es tu COSTALERO.
Rasga el silencio con brío
que por mecerlo con mimo,
va, sangrando el COSTALERO.
Momento emocionante en el que la Hermana Agustina nos leía esta carta a los costaleros.
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