viernes, 8 de mayo de 2009

El día que me llamaste

Extraído de la revista Prendimiento, Semana Santa 2006 - Edición nº 7
"Debajo o al lado" Contigo voy Nazareno
El día que me llamaste
Costalero de ensayos, siendo los pies de un paso sin vida.
Varios años han pasado desde que me llamaste para ser tus pies cuando das la bendición
 al pueblo de Pozoblanco la "Madrugá" del Viernes Santo....
Varios años desde que un grupo de amigos me hablaran de las excelencias de ser costalero, y ahora
estoy convencido de que eres Tú quien desde el primer día me quieres debajo del paso.
Varios años desde que empecé a conocerte, a conocer a un verdadero Amigo, a un verdadero Padre.
Aún no he podido hacerlo realidad, el destino así lo ha querido,
cada vez estoy más convencido de que son tus pruebas de amigo y padre.
Recuerdo aquellas previsiones de lluvia que hace dos años nos dejaron en casa,
un hecho que nos provocó rabia y frustación, sí, pero Tú querías que viera el cariño y el respeto
que le tiene una cofradía, todo un pueblo a su Padre, enseñándole la responsabilidad que conlleva ser tus pies.
El año pasado el orgullo y la prepotencia me cegaron y provocaron
decisiones dolorosas, de las cuales también me hiciste aprender,
no sólo me enseñaste que los problemas de una familia se solucionan en el propio seno de la misma,
sino que pude ver lo importante que es el compromiso, la unión y el respeto
entre amigos y compañeros, que juntos, son tus pies.
No sé si este año me tendrás preparado alguna otra lección o me concederás el inmenso honor
de portarte en tu bendición al pueblo.
De lo que sí estoy seguro, es que desde aquel día en que me llamaste, has conseguido de mí
una mejor persona, un mejor compañero, un mejor amigo y sobre todo
un mejor hijo.
                                                                                       Pedro Urbano

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